Cada caña de clarinete es muy diferente de sus compañeras de caja. Por eso, es importante aceptar que nunca vamos a estar cien por cien cómodos con una caña nueva. Es fundamental elegir bien la dureza de la caña, que no sea demasiado blanca (sea muy fácil soplar y la caña se cierre con la fuerza de nuestra embocadura) ni demasiado dura (nos cueste demasiado soplarla). Tras estos factores introductorios a tener en cuenta, presento unos pequeños consejos para afrontar una caja nueva de cañas:
Consejo #1 - Ordénalas
Es muy importante dedicar un rato a probar todas las cañas que quieres usar y ordenarlas de mejor a peor, basándote solo en tus sensaciones. Puedes numerarlas y ordenarlas en un portacañas. En la vida no elegimos las cañas que nos tocan pero si podemos elegir cómo usarlas.
Consejo #2 - No descartes ninguna
Con el paso del tiempo las peores cañas pueden ir mejorando y las mejores empeorando, por eso no descartes nunca ninguna caña, no seas tan duro con ellas 🥲 Con el paso de los meses puedes repetir el paso 1 para reordenarlas.
Consejo #3 - Adáptate
Es muy importante también tocar una caña independientemente de que nos sintamos cómodos con ella, ya que poco a poco la iremos llevando a nuestro terreno hasta que sintamos que es buena. Esto no es First Dates, no descartes la caña por la primera impresión.
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